Hola mis lectores! Lo sé, hoy en día todo el mundo habla de esta serie, parece que todos ya la vieron y blogger y youtube están plagados de opiniones sobre ella. En realidad no tenía la menor intención de dedicarle una entrada en mi blog solo a una serie, pero ahora siento que es necesario, no porque crea que sea indispensable lanzar a la red una opinión más de lo mismo, sino más bien porque tras ver el último episodio siento que hay demasiado en mi cabeza y si no logro organizar y drenar todos estos pensamientos e ideas, acabaré enloqueciendo. En fin, lamento informarles dos cosas sobre esta entrada: será larga y tendrá spoilers. Así que si no han visto la serie no les recomiendo leer lo que sigue, a menos, claro, que pertenezcan a ese pequeño grupo de personas que no tiene fobia a los spoilers.
Como seguramente ya sepan, Por trece razones gira en torno al suicidio de una adolescente de 17 años, que antes de morir graba una serie de cintas en las que explica las trece razones por las que decidió quitarse la vida y se las envía a las personas que fueron parte de esas razones. Sin embargo a medida que avanza la serie nos vamos topando con mucho más que eso, en realidad la serie no trata sobre el suicidio, habla de muchos temas tan reales como incómodos que en general no suelen hablarse pero que muchos viven como parte de su día a día. A través de las cintas vamos conociendo a Hanna y también tenemos un breve recorrido por su vida en la escuela, se habla de acoso escolar, de bullyng, de alcohol, drogas, abuso sexual.... se habla de las cosas que nunca se dicen en voz alta, de los profesores, de los padres y de todo lo que no ven aunque esté frente a sus ojos.